jueves, 25 de octubre de 2012

Videodrome /David Cronemberg (1983)




Videodrome y el hiper-cine.

La  transformación hiper-moderna que influye en Videodrome, del realizador canadiense David Cronemberg. formaría parte de una “pantalla global”  donde el “espíritu cine” se manifestaría a través del proceso de “cinematografización” de la vida. Se desarrolla la propuesta del film como un discurso dominante ejemplificado bajo las lógicas del “hiper-cine” - con la imagen exceso, la de multiplejidad y de distancia - propuestas por Gilles Lipovetsky y Jean Serroy.

Lo que caracteriza a la transformación híper-moderna de la sociedad son los efectos que de manera sincrónica y global afectan sobre la tecnología, los medios, la economía y la cultura, así como sobre el consumo y la estética. El cine, al igual que todos los elementos que conforman la sociedad, ha entrado en este nuevo ciclo moderno, de segunda modernidad.

Un ciclo cultural y global denominado híper-modernidad, impuesta desde los años 80 luego del establecimiento de la posmodernidad, entendida inicialmente como la desaparición de las grandes utopías, las revoluciones y vanguardias, se puede considerar como una modernidad superlativa o más bien híperlativa, a causa de sus excesos y drásticos cambios que impactan sobre todas las esferas sociales.

Este nuevo nivel de modernidad posee tres características (también llamada como metamorfosis triple) referidas al orden democrático-individualista, a la dinámica del mercado y a la de la tecnociencia, depositadas en una “espiral ingobernable” según los autores y en la exaltación extrema de los defectos y pasiones humanas (paroxismo social) asociada al comportamiento contemporáneo.
Según los autores de “La pantalla glotal”, Gilles Lipovetsky y Jean Serroy, el cine conoce hoy una mutación de fondo que afecta todos sus dominios, a la producción tanto como a la distribución, al consumo tanto como a la estética fílmica. Razón por la cual proponen como hipótesis la aparición de un híper-cine, como nuevo régimen histórico de este séptimo arte que durante su historia ha pasado por cuatro edades plenamente identificables. Modernidad primitiva, modernidad clásica,  modernidad vanguardista y la híper-moderna.

En este sentido se han establecido tres nuevos conceptos, conocidos como “pantalla global” y “espíritu cine” que desarrollan la cinematografización de la vida. El primero, la “pantalla global”, se refiere a la multiplicidad de pantallas, omnipresentes, multiformes, planetarias y multimediáticas. Un nuevo estado denominado “pantallósfera”, generado gracias a las nuevas tecnologías informáticas y comunicativas. Este nuevo estado también designa el momento en el que se encuentra el “mundo cine” en manos de la híper-globalización económica y la internacionalización financiera de la industria, producido con parámetros “taquilleros” y transnacionales, e incluso multiculturales. Factores positivos los cuales han posibilitado que películas como Videodrome se instalen en la industria cinematográfica por la liberación del comercio, incentivando nuevas temáticas, pues se han desreglamentado los modelos narrativos entremezclándose lo aceptable con lo inaceptable.


Esta dinámica híper-moderna está presente Videodrome, obra que se arrastra por esta nueva lógica exponencial donde la narración de los acontecimientos se torna extrema y vertiginosa. Utilizando los recursos tecnológicos y técnicos de una manera casi desmesurada.

La característica democrática-individualista influye al film en el tipo de público al cual aspira llegar, un público juvenil motivado por un estilo fresco y violento donde se destaca lo espectacular de lo efectos. Son quienes piden también estas nuevas sensaciones rápidas y fuertes para poder transportarse a los universos híper-modernos y extraordinarios. Pero esta obra, de carácter independiente y catalogado como serie B, posiblemente respaldada por grandes mercados, ya que bajo esta lógica nada es al azar, con el propósito de asegurar la inversión se dirige al tipo de espectadores que mejor recibirán el producto, los híper-consumidores, mayores consumidores de cine.

La dinámica del mercado, está presente en este filme y puede ser considerada como una producción de presupuesto medio bajo, donde se demuestra el proceso de polarización de los presupuestos de producción en esta lógica libre-mercadista. Aunque haya contado con algún tipo de financiamiento mayor para enfrentar el nuevo mercado.

Así entonces, la “tecno-ciencia” y el “high-tech”, en esta obra se demuestran por el uso constante de múltiples recursos de la técnica cinematográfica, efectos especiales y maquillaje fantástico como la mutación, con el uso de la tecnología hibrida análoga-digital

El espíritu cine, es el triunfo paradójico de su dispositivo imaginario: desde la gran industria, el gran espectáculo, la puesta en imagen y el Star System. Cuando el cine ha perdido su dominio hegemónico ante la televisión y las demás pantallas, se ha convertido en un fenómeno que ha logrado expandirse por todos lados. A causa de estas concepciones de pantallas omnipresentes, que han potenciado aún más el alcance de lo cinematográfico, se habla del empoderamiento del espectador, su gusto y comportamiento cotidiano (ya casi no se puede hablar de sólo espectadores) en el cine.

El cine narcisismo, que posibilita el uso de la técnica por parte de los espectadores sin necesidad de estudiar o especializarse, por ejemplo con la masificación  del consumo de videocámaras digitales, ha generado una creciente necesidad de híper-visualidad de mundos internos y externos. Los deseos por la “cinevisión”, que no acepta el retroceso del cine sino más bien la constante expansión de las sensaciones, han creado una total e incluso distorsionada cinemanía. Se ha abandonado la “cineidolatría” por la estrellas y se ha remplazado por la cinefilia y la cinemanía, una masificación de la emocionalidad, el culto por lo “hipervisual” y la “cinedisposición” que demuestran los constantes cambios en el gusto de los consumidores hipermodernos.

En la “cinematografización” del mundo contemporáneo el cine virtual se vuelve un tipo de educador que ha alcanzado a todas las esferas de la vida. Esta nueva cinemanía que se viene desarrollando desde los años 80 se aprecia en “Videodrome”, donde los canales de televisión multitemáticos se han apoderado del imaginario colectivo. Se encuentra generalizado también aquel gusto por el consumo de nuevos materiales: actividades video-grabadas y distribuidas independientemente, demostrando que la utilización de las videograbaciones fue uno de los primeros pasos  para la consagración de la cinematografización de la vida.
Es Videodrome el discurso del cine dentro del cine, o del video dentro del video, pues el autor  se muestra sin duda preocupado por la forma en que la televisión manipulaba las actitudes del público a principios de los ochentas (y desde algunas décadas atrás), Cronemberg quiso especular sobre los extremos de esa práctica, agregando (como siempre) su obsesión por la intersección de cuerpo y tecnología. Para lograrlo, creó una historia que resuena en varios niveles, con distintos modos de interpretación (considerando que no contaba con el beneficio de la tecnología digital). Además el discurso dominante del film se concentra en la realidad virtual, en donde el individuo moderno, MaxRenn, un operador de TV por cable, llega a la utilización inconciente de gafas virtuales con las que imagina la realidad como cinematografía y confunde lo que ve con la experiencia real.
Las Cinesensaciones en este film de ciencia ficción permiten la transcripción de imaginarios antes imposibilitados de realizarse.  La realidad virtual (máximo alcance del high tech) que se presenta en la película alcanza  a los espectadores, se une aquí con la imagen distancia, al producir la ilusión perfecta que despliega el vértigo hipermoderno (trip sensorial). Imagen profusión donde se tratan de ofrecer cada vez más efectos especiales, (Rick Baker, junto con la empresa EFX, de Steve Johnson, fueron quienes realizaron las ilusiones de esta cinta con ingeniosos métodos que incluyeron aplicaciones de látex, cuerpos falsos y retro-proyección), que crecen en violencia y sintonía con el espíritu de la época. La ultra violencia remplaza en Videodrome  a los excesos monstruosos, de las drogas y el alcohol, pero el sexo es tratado como una parte constitutiva de la ultra violencia, valido por si mismo y que pertenece a la esencia de la película como tal.
Estos tres procesos constitutivos del cine hípermoderno ejemplificados en Videodrome constituyen un cine liberado de las normas y convenciones pasadas, estéticas y morales, que evoluciona en un hípercine donde no está prohibida la hiperlatividad de la nueva modernidad.
En Videodrome se examina la condición carnal del ser humano y la evolución que puede experimentar por factores internos (enfermedad física o mental) y externos (tecnología) y el tratamiento cinematográfico que se le da habla de un ritmo vertiginoso, de velocidad, sexo y violencia a través de la multiplicación de los planos, cortes, prolongación en la duración y saturación de imágenes y sonidos.
Por último se puede considerar a la obra de Cronemberg como cine de investigación independiente pues nos presenta la dinámica hiperbólica de la estética del exceso, en la cual se extralimitan y proliferan, vertiginosa y exponencialmente, todos los elementos cinematográficos. La desregulación y el aumento de la complejidades espacio-tiempo fílmico están presentes aquí, la categoría de imagen multiplejidad habla de una estructura narrativa no clásica, un genero que mezcla otros géneros y la combinación de conspiraciones, surrealismo y terror visceral dan como resultado una película difícil de clasificar, pero imposible de ignorar, especialmente por su profética visión de los medios contemporáneos, junto con personajes que alucinan hasta el desquiciamiento, una obra que no se simplifica y a la vez se diversifica. Película autorreferencial altamente hípermoderna en donde la referencialidad reflexiva se vuelve trivial que muestra pantallas dentro de la gran pantalla, metacine que se sumerge profundamente en niveles representacionales y metarrepresentacionales, suprimiéndose la distancia de aquella separación clásica entre el espectador y el cine.


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